martes, 11 de noviembre de 2008

lunes, 10 de noviembre de 2008

Minas antipersonales: Un peligro latente

Aún hay muchas vidas en juego
Minas antipersonales: Un peligro latente


Según la Asociación de Víctimas y Sobrevivientes de los Campos Minados (Aviscam) hay 4 900 minas sin desactivar en nuestro país. ¿A qué se debe esto?

Escucha una parte de la entrevista con Carlos Estrada:






La alegría de vivir es lo último que se pierde. Carlos tiene una prótesis que reemplaza su mano y un guante negro que la oculta. Tiene una mirada literalmente perdida. Ya casi no ve. Este hombre se llama Carlos Estrada y es una de las miles de personas que han sido afectadas por las minas antipersonales.

Era 1997, Carlos era un teniente de la Policía Nacional que se dedicaba a sembrar minas, y ya había decidido dejar su peligroso trabajo por uno más seguro. Era su último día de trabajo cuando un leve movimiento cambió su vida.

Las minas antipersonales o antipersonas son unos tipos de armas que están diseñadas para matar o incapacitar a sus víctimas. Éstas afectan a más de 70 países. En Perú muchas de ellas se sembraron durante la guerra con Ecuador. Hasta ahora hay varias sin desactivar.


En nuestro país gran cantidad de estos artefactos se encuentran en zonas no muy lejanas. En los años ochenta era costumbre que las empresas de luz rodearan con minas antipersonales las torres de alta tensión, así evitaban que los terroristas las hagan caer. Esto ejemplifica que no sólo se usaron como armas de guerra, sino que se hizo común para otros propósitos.


Los más afectados fueron civiles que al acercarse, ya sea por accidente o por curiosidad, sufrían los estragos de la gran explosión. Muchos quedaban mutilados y con grandes marcas en el rostro. Eso fue lo que le sucedió a Carlos, quien además de policía en retiro es presidente de la Asociación de Víctimas y Sobrevivientes de los Campos Minados (Aviscam)


Estos artefactos no han sido fabricados sólo por las grandes potencias. En Perú, la Policía Nacional creó una mina casera que tenía forma de taper donde en su interior se encontraba una granada sensible a cualquier movimiento. La Marina de Guerra creó algo similar, la diferencia era que ésta tenía una forma circular.




Se sembraron minas hasta el año 1993, luego se inició el proceso de desminado. Los trabajos han avanzado con lentitud, luego de 15 años sólo en la frontera con Ecuador hay 29 000 minas sin desactivar. Ya para 1997 se prohíbe el contacto directo con las minas, ahora se usan aparatos especializados que los detectan de una manera más segura.

Sorprendentemente hay minas en los penales de Cajamarca, Puno y en Castro Castro. No muchos lo saben, y otros se hacen de la vista gorda.


“Hay un interés económico por parte de las instituciones que hacen el desminado”, enfatiza el presidente de Aviscam al preguntársele por la lentitud de los trabajos. Además agrega que si no hay una persona que defienda los derechos de las víctimas, no trabajan correctamente.


En 1997 unos 90 países se reunieron y negociaron un acuerdo en el que se prohíben totalmente el desarrollo, la producción, el almacenamiento, la transferencia y el empleo de minas antipersonal, y en el que se exige su destrucción. A este se le conoce como el Tratado o Convención de Ottawa. “Actualmente 152 países se han adscrito”, señala la responsable de comunicaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja, Dafne Martos.


Hace unos años los miembros de Aviscam eran los que supervisaban el desminado, debido a ciertas trabas burocráticas los alejaron de su función. Ahora quien se encarga de eso es Contraminas. Este ente propone la política de Estado en materia de la acción integral contra las minas antipersonal en el Perú, y supervisa el cumplimiento de los objetivos de la Convención de Ottawa.


El movimiento en contra de las minas antipersonales y sus efectos es mundial. Uno de los más resaltantes es la Campaña Internacional para la prohibición de minas terrestres (ICBL, por sus siglas en inglés). Esta fue iniciada en octubre de 1992 por una coalición de seis organizaciones no gubernamentales: Handicap International, Human Rights Watch, Medico International, Mines Advisory Group, Physicians for Human Rights y Vietnam Veterans of America Foundation, quienes habían sido testigos de primera mano de los efectos nocivos de las minas terrestres en comunidades de África, Medio Oriente y América Latina.

Carlos fue operado varias veces para mejorar la apariencia de su rostro, le han transplantado varias córneas y ahora necesita otra para que pueda ver unos dos años más, pero sólo un 15 por ciento. Él tiene varios motivos para luchar: luchar contra las minas antipersonales y evitar más accidentes, pero sobre todo ver crecer a su hija.

Cindy Villegas

Cristhofer Campos